Aquí te ayudo a conocer un poco más sobre esta enfermedad.
¿Sabes realmente lo que es?
Se puede definir como una enfermedad inflamatoria que se manifiesta en múltiples zonas de la piel, afectando también a las articulaciones.
El origen no se sabe con exactitud, sin embargo se produce como consecuencia de una desregulación del sistema inmunológico.
Su curso es crónico, por lo que no existe actualmente un tratamiento que cure totalmente la enfermedad (al igual que ocurre con otras enfermedades crónicas como la diabetes), pero es posible alcanzar un control bastante efectivo de la misma. No es infecciosa, por lo que no se contagiarán familiares ni amigos.
¿Será la psoriasis igual durante toda mi vida?
Al igual que ocurre en otras enfermedades, la psoriasis se manifestará de manera diferente en cada paciente.
Un mismo individuo puede desarrollar diferentes formas clínicas de la enfermedad a lo largo de su vida, alternándose periodos de brotes con etapas de ausencia de lesiones cutáneas.
Por estos motivos, es imprescindible que el tratamiento sea individual y personalizado.
¿Cuáles son los síntomas característicos de las lesiones cutáneas en la psoriasis?
Al inicio de la enfermedad es característico que el paciente pueda presentar picor, como consecuencia de una mayor inflamación, rojez y sequedad de la pie.
Otro de los síntomas que pueden aparecer es una marcada descamación de la piel.
Esta manifestación se produce como consecuencia de una baja hidratación cutánea.
Por ello se recomienda el uso de cremas emolientes con queratolíticos (ácido salicílico o urea), para reestablecer la hidratación y reducir o eliminar la descamación.
Por último, es probable desarrolles dolor cuando las lesiones cutáneas se agrieten, debido a una mayor sequedad.
Se produce principalmente en las heridas de las palmas, de las plantas, del cuero cabelludo y de las uñas.
¿Qué personas tienen mayor riesgo de desarrollar la psoriasis?
Los individuos que tengan familiares cercanos con psoriasis presentarán una mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad, alcanzando valores del 50% en casos donde ambos progenitores tengan la patología.
El factor hereditario es muy importante en la psoriasis, pero no es el único desencadenante, ya que es necesario que se produzcan acontecimientos externos que activen la enfermedad.
Los sucesos más frecuentes que favorecen su desarrollo son infecciones (particularmente respiratorias), heridas o traumatismos en la piel, ciertos medicamentos y eventos psicológicos como la ansiedad o la depresión.
La psoriasis puede aparecer a cualquier edad, aunque es más frecuente que lo haga entre la segunda y la tercera década de la vida. En numerosas ocasiones los pacientes se aíslan porque piensan que tienen una enfermedad rara, pero no es así, ya que afecta aproximadamente al 2% de la población mundial y se han diagnosticado más de un millón de casos en España.
¿Existe tratamiento para la psoriasis?
En la última década ha habido un gran avance en la terapia indicada para la psoriasis, aunque actualmente no existe ningún tratamiento que la cure de forma definitiva.
Los últimos descubrimientos han permitido alcanzar un gran control de la misma, marcándose como objetivos la disminución o desaparición de las lesiones cutáneas, mejorando de esta forma la calidad de vida de los pacientes.
Tratamientos tópicos (champús, lociones, pomadas, geles o ungüentos), fototerapia (radiación ultravioleta), tratamientos sistémicos (cápsulas, comprimidos, inyecciones).
La importancia de una dieta adecuada en la psoriasis
El requerimiento nutricional de las personas con psoriasis es mayor que en el resto de la población, debido fundamentalmente al estado de inflamación crónica y a la renovación cutánea continua.
Esta enfermedad está muy influenciada por determinados factores externos, como la dieta, que si se realiza de forma adecuada puede favorecer el control de las diferentes patologías que acompañan a la psoriasis, como por ejemplo la obesidad o la diabetes.
Uno de los principales ingredientes de la dieta tienen que ser los vegetales, por su contenido en determinados nutrientes como la provitamina A, los antioxidantes y ciertos minerales (magnesio, zinc, selenio). Se ha demostrado que actúan favorablemente sobre la piel en general y particularmente sobre la piel con psoriasis.
La provitamina A interviene en el ciclo de renovación epidérmica, proporcionando protección y regulación de las células de la piel. Además, favorece la hidratación, así como el mantenimiento de la elasticidad y de una adecuada cicatrización cutánea.
Este nutriente se puede encontrar en numerosos vegetales y frutas, como la calabaza, la zanahoria, el pimiento, el tomate, el níspero, el albaricoque o el melón.
Los antioxidantes tienen función de protección frente a unas moléculas liberadas durante el ciclo inflamatorio, denominadas radicales libres.
Nuestro organismo es capaz de combatirlas por sí sólo, pero con el aporte de estos nutrientes en la dieta se asegura su neutralización.
Se pueden encontrar en una gran variedad de alimentos, como los cereales integrales, las verduras, las frutas, los frutos secos y el aceite de oliva.
Una de las principales características de la psoriasis es su marcada inflamación. Para combatirla se puede introducir en la dieta una mayor cantidad de ácidos grasos omega 3 (acción antiinflamatoria). Se trata de ácidos grasos esenciales cuya fuente principal es el pescado azul (salmón, anchoas, sardinas), aunque también se encuentran en frutos secos, en semillas, en los aceites derivados de éstas y en las algas.
Por el contrario, se debe disminuir el consumo de ácidos grasos esenciales omega 6. La razón es que su consumo abundante puede provocar una mayor producción de sustancias que favorecen la inflamación. Estos ácidos grasos están presentes en todo tipo de carnes. Por lo tanto, hay que disminuir la ingesta de carnes y aumentar la de pescado.
El aporte de nutrientes no sólo depende de los alimentos que se tomen, sino también de la cantidad absorbida por el organismo.
Para ayudar a la flora intestinal a realizar esta función se puede aumentar la ingesta de productos integrales con alta cantidad de fibra y de probióticos.
Entre los alimentos ricos en fibra se encuentran cereales como el arroz o el trigo, mientras que podemos encontrar probióticos en productos fermentados como el yogur.
En los pacientes con psoriasis se ha observado una disminución de los niveles de vitamina D.
Este nutriente aporta beneficios para controlar la psoriasis, principalmente favorece la regulación del sistema inmune y también presenta cierta actividad antiinflamatoria.
Está presente en alimentos como el pescado azul, los huevos o en las semillas de girasol. Además, la exposición solar estimula su síntesis por parte de las células de la piel.
Referencias bibliográficas:
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